5 de mayo de 2013

La mamá de Clara

Atardecer del día de la madre, pero nosotras, que somos así de chulas, lo estamos retrasando. Primero por que mi madre no sale de trabajar hasta la hora de la cena. Segundo, por que el 50% de su progenie está en la capital, agotando unas minivacaciones bien merecidas. Tercero, porque nos encanta saltarnos a la torera el calendario de festividades y amoldarlo a nuestro antojo. Mañana nos vamos a desquitar, que pienso hacer un bizcocho de dos colores. Qué dios nos pille confesaos

Todas las madres se merecen que todos los días del año le recordemos lo especiales que son. Que les digamos que las queremos y que no podemos vivir sin ellas (aunque a veces parezca que con ellas tampoco). Pero mi madre estos últimos meses se lo merece más que ninguna, que va encajando golpes con risas y mala leche a partes iguales, como tiene que ser en estos casos. 

Hace un par de meses, y como si no tuviéramos suficiente, la despidieron de su trabajo. Con lo que quedábamos el 100% de la población en casa, desempleados. Y eso que el gato no cuenta. Pero ella se lamentaba de que con su edad y su poca experiencia, iba a ser imposible volver al mundo laboral. Cómo no va a pensarlo, si es que nos estáis dejando en la más absoluta ruina. Lo que pasa es que yo en eso, como en casi todo, discrepo con mi madre; ¿poca experiencia laboral? ¿problemas de edad? ¿no volver a trabajar nunca? Y me prometí demostrarle que no podemos rendirnos por muchos golpes que nos den y que el que busca y rebusca, al final encuentra. 

Y encontramos una empresa con predisposición a contratar a gente de cierta edad y con una amplia experiencia vital. Pensamos en mandar el currículum sin más, pero yo insistía que en ese recuento de títulos y cursos no se reflejaba ni de lejos lo que de verdad es mi madre, y con su guía, y mi ayuda, escribimos esta carta de presentación:

"Mi nombre es (me ha hecho quitarlo, dice que no soportaría el peso de la fama y de tener una hija tan mundialmente conocida) y tengo 53 años. Soy auxiliar administrativo y durante los últimos 7 años he trabajado en una asesoría jurídico laboral, hasta que la crisis me ha dejado en el paro. Mis titulaciones dicen que soy Administrativo FPII y tengo diversa formación relacionada con la empresa, la contabilidad y la atención al cliente.

Pero mi verdadera profesión desde hace 30 años ha sido ser MADRE. En este ámbito sí que he acumulado experiencia de calidad. Tengo dos hijas de 30 y 26 años y para ellas he sido niñera, enfermera, cocinera y modista. En casa me encargaba de la limpieza y gestionaba la economía familiar. También me desarrollé como profesora particular y ayudante de deberes, psicóloga y consoladora de emociones cuando lo han necesitado. Cuándo han ido creciendo me he convertido en auxiliar de transporte, técnico de mudanzas, asesora de decoración, profesora de cocina y costura. He realizado servicios de acompañante y viaje y servicios especiales del tipo mamácomoselimpiaestamanchaqueamínomesale o porfavorhazme croquetasquesolomegustanlastuyas. Gané el premio “Mejor Croqueta 2011”. 

Su empresa me parece una iniciativa estupenda para que gente de mi edad tenga una nueva oportunidad laboral. Adjunto mi CV y las referencias de mis hijas, mis mejores clientes desde 1983 (Clara y hermana de Clara). Quedo a su disposición por si quieren hacerme una entrevista."

Todas esas cosas es mi madre. Y alguna más que seguro que se nos olvidó al escribir la carta. A veces no valoramos todos los roles y esfuerzos que tienen que hacer nuestras madres con nosotros, y que no dejan de lado por muchos años que tengamos. Es más, algunas llegadas a los 30, las necesitamos más que nunca. Discuto con mi madre todos los días unas 40 veces. A veces jugamos a ver quién de las dos grita más alto. Pero me río 80 veces más, y sé que pase lo que pase, ella siempre estará ahí y que me va a apoyar siempre. Y me frotará la espalda cuándo tenga que reconfortarme (es la única que sabe hacerlo efectivo, a veces creo que es magia). Te queremos mucho mamá, y estamos tremendamente orgullosas de ti, aunque no siempre te lo digamos, pero necesitamos que todos los días te acuerdes de ello. 

Por cierto, por si no lo imaginabais, tardaron apenas un mes en llamar a mi madre de esa empresa, y ese mismo día la metieron en plantilla. Supieron ver el valor que tiene, y por eso hoy no podemos celebrar el día de la madre con ella. Pero para cuándo llegues a casa, cansada y satisfecha a partes iguales, este es mi regalo del día de la madre. Te quiero mucho mari, mañana te hago bizcocho de ese que te gusta y te hace tener ardores hasta final de la semana.

2 comentarios:

  1. Gracias por describir lo que sientes por tu madre,como a muchas nos gustaria poder hacer. Ole tu y Ole nuestras madres!

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    1. ¡Muchas gracias! es en homenaje a mi madre, pero también a todas las que llevan años cuidando de los suyos y no siempre con el reconocimiento que se merecen. ¡Un besote!

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