Las estadísticas no mienten. Y las estadísticas de Clara dicen que no os gustan mis post de, llamémosle, "transición". Que no os gusta que os cuente lo que voy a hacer, lo que estoy haciendo o lo que quiero hacer y como voy a hacerlo. Bueno, no que no os gusta, vale. Pero os gusta menos que cuando hay una historia de por medio. Una historia con sus protagonistas, su principio y su final, y su hay emoción y lágrimilla de por medio se me disparan las visitas. Sois unos yonkis del drama, que lo sepáis.
Pero escribir historias no es tan fácil, o si lo es, pero no siempre tengo un sitio donde escribirlas a mano. Se me ocurren un montón de historias, ya escritas y todo, justo antes de dormir. En ese momento de duermevela en el que aún no estás en el otro lado pero tampoco del todo en éste. Ahí me viene mogollón de inspiración, pero no me voy a levantar en ese momento a escribirlas, sobre todo porque ya lo he hecho alguna vez y cuando me viene la consciencia del todo, se me van las palabras. Volátil que es una, que le vamos a hacer.
Y cuando tienes la inspiración de una historia buena, a veces lo difícil es poder contarla, no a toda la gente le gusta salir en el blog. Bueno, si les gusta, pero les gusta salir peinadas, maquilladas, sonrientes y que se hable fenomenalmente de ellas y de sus maravillosas vidas. Que se les haga una oda a la felicidad, a la amistad, a la convivencia, a los "boyescaut" ... Ya he visto alguna nariz arrugada cuando se me ha ocurrido asomar la patita ...
Mis aventuras en las aulas dan para dos blogs, pero los malditos me han descubierto y ya saben que Clara y la profesora que se descompone cuando murmuran y no les deja llegar tarde, es la misma. Así que por aquí tampoco puedo abrirme mucho, no vayan a darse cuenta de que somos personas normales y tenemos vida cuando salimos del recinto universitario. Si ven la debilidad, van a por ti, os lo digo yo que fui una de ellos antes de pasarme al otro lado ...
La que no pone pega nunca es mi madre. Cuentes lo que cuentes de ella, se muere de la risa siempre. Incluso cuando no la dejas en buen lugar contando una de sus múltiples anécdotas con la RAE; me riñe, pero no le dura mucho el enfado. A veces pienso que este blog debería pasar a llamarse La Mamá de Clara, tantos momentos de gloria me está dando ...
Abril 2013. Funeral de estado por Margaret Tacher.
(Clara): Cuánta gente en la tele, ¿qué ha pasado?
(MamádeClara): Margaret Tatcher, el funeral de estado.
(Clara): Ah, es verdad, ¿y cuánto famoso no?
(MamádeClara): Claro, es que fue una señora muy importante, en primera fila mira quién está, Cameron Díaz.
Clara busca a la rubia americana sentada entre los asistentes al funeral de estado de la Tatcher, admirada por la influencia que ha tenido la Dama de Hierro en todos los estratos de la sociedad, incluso más allá de Europa. Y admirada también porque no entiende que coño pinta la rubia en primera fila.
(Clara): ¿Cameron Díaz?¿Dónde mamá? ... No la veo.
(MamádeClara): Hijapordios, ahí delante, ¿noloves? el presidente inglés ahí sentado, que estás empaná.
(Clara): ... Mamá ... ese es David Cameron ... Cameron Díaz es la actriz ...
Ella es así. Ayer fuimos al cine y no me quiso contar una historia de una vez que se resbaló en la puerta de casa porque cada vez que empezaba nos daba la risa y todo el mundo nos miraba. Envidia que tienen, que lo se yo, envidia de que yo tenga una musa en casa y ellos no.
(Te quiero mamá, gracias por ser mi fan namberguan, leerme la primera, reírte siempre y no enfadarte nunca cuando cuento estas cosas para poder darle vidilla a Clara).
Clara Como La Vida Misma