Por fin llueve. Qué ganas tenía de que el invierno diera la cara de una vez. Aunque no pueda salir de casa, porque mi armario no está adaptado al clima y ahora mismo no tengo ni tiempo (ni dinero) para ir de compras. Aunque la ropa sucia se amontone en el cesto porque sé que no se va a secar en días. Aunque cualquier extremidad de mi cuerpo que sale del brasero se me quede congelada ipso facto ... aunque el invierno sea duro, frío y esté mojado, ¡me encanta!
Y justo desde el brasero ultimo los preparativos para convertirme en una investigadora suficientemente preparada, ensayo mi defensa y arreglo becas y solicitudes (próximo destino Tenerife). Ya quedan muy pocos días para que todo esto pase y pueda centrarme en lo que ocupará mi vida los próximos 3 años: mi tesis doctoral. Luego seré una reputada doctora en comunicación y aunque no podré recetaros nada deberéis dirigiros a mi como la Dra. Como la Vida Misma. Suena genial.
Alguien me dice además que debería ir mirando preparativos para la boda ... Ummmh ... es pronto aún ¿no? Quedan por lo menos 6 meses. Tengo que reconocer que es mucho más divertido organizar las bodas de los demás, aconsejar y proponer ideas, que montar la tuya propia. Pero entenderlo, desde fuera se ve genial, pero la que tiene que enfundarse en un maravilloso traje blanco, la que será el centro de atención y tendrá que soportar la evaluación de todo el mundo, pues seré yo. Y que queréis que os diga, me da un poco de miedito. Que son más de 200 personas, que te miran, que opinan, a la que les tenemos que dar de comer!! y luego pagarlo todo claro ... ains ...
Esta noche mi sueño era sobre eso. Otro día os hablaré de mi gran vida onírica, lo intensa que es y lo interesante (y desconcertante a veces) que resulta. Mucho más que la real, dónde va a parar. Pero hoy solo os contaré mi sueño de ayer. Me casaba a las 6 de la tarde. Y eran las 5 y media cuando entraba por la puerta de la tienda de novias a comprarme el modelazo ... imaginaros que estrés ... llegaba tarde, el novio no aparecía, faltaban los saquitos de arroz, los regalos ... un desastre total, mi boda era un desastre. Cualquier psicoanalista vería indicios de mi frustración al dejar las cosas para última hora, la inseguridad reflejada a través del vestido, y la ambición de demostrar con los detalles que soy perfectamente capaz de controlarlo todo. Ya. Bueno. Yo creo que es miedo. Simplemente eso. Y que estos sueños van a repetirse los próximos 6 meses con mayor asiduidad, para desgracia de mi tranquilidad nocturna.
Menos mal que he despertado, pero con la sensación de que no me va a dar tiempo de hacerlo todo, por lo que tendré que empezar a organizar. En ellos estoy, os iré informando de mis avances. Aunque adelanto ya una conclusión: todo lo que lleve el atributo de novia, o boda, su precio es multiplicado automáticamente por 3. Pero eso se merece una entrada entera y la tendrá a su debido tiempo.
Disfrutar mientras del frío, de la lluvia, de las noches de brasero en compañía , e iros preparando para la Navidad, Clarita pronto irá poniendo las luces ...
Y justo desde el brasero ultimo los preparativos para convertirme en una investigadora suficientemente preparada, ensayo mi defensa y arreglo becas y solicitudes (próximo destino Tenerife). Ya quedan muy pocos días para que todo esto pase y pueda centrarme en lo que ocupará mi vida los próximos 3 años: mi tesis doctoral. Luego seré una reputada doctora en comunicación y aunque no podré recetaros nada deberéis dirigiros a mi como la Dra. Como la Vida Misma. Suena genial.
Alguien me dice además que debería ir mirando preparativos para la boda ... Ummmh ... es pronto aún ¿no? Quedan por lo menos 6 meses. Tengo que reconocer que es mucho más divertido organizar las bodas de los demás, aconsejar y proponer ideas, que montar la tuya propia. Pero entenderlo, desde fuera se ve genial, pero la que tiene que enfundarse en un maravilloso traje blanco, la que será el centro de atención y tendrá que soportar la evaluación de todo el mundo, pues seré yo. Y que queréis que os diga, me da un poco de miedito. Que son más de 200 personas, que te miran, que opinan, a la que les tenemos que dar de comer!! y luego pagarlo todo claro ... ains ...
Esta noche mi sueño era sobre eso. Otro día os hablaré de mi gran vida onírica, lo intensa que es y lo interesante (y desconcertante a veces) que resulta. Mucho más que la real, dónde va a parar. Pero hoy solo os contaré mi sueño de ayer. Me casaba a las 6 de la tarde. Y eran las 5 y media cuando entraba por la puerta de la tienda de novias a comprarme el modelazo ... imaginaros que estrés ... llegaba tarde, el novio no aparecía, faltaban los saquitos de arroz, los regalos ... un desastre total, mi boda era un desastre. Cualquier psicoanalista vería indicios de mi frustración al dejar las cosas para última hora, la inseguridad reflejada a través del vestido, y la ambición de demostrar con los detalles que soy perfectamente capaz de controlarlo todo. Ya. Bueno. Yo creo que es miedo. Simplemente eso. Y que estos sueños van a repetirse los próximos 6 meses con mayor asiduidad, para desgracia de mi tranquilidad nocturna.
Menos mal que he despertado, pero con la sensación de que no me va a dar tiempo de hacerlo todo, por lo que tendré que empezar a organizar. En ellos estoy, os iré informando de mis avances. Aunque adelanto ya una conclusión: todo lo que lleve el atributo de novia, o boda, su precio es multiplicado automáticamente por 3. Pero eso se merece una entrada entera y la tendrá a su debido tiempo.
Disfrutar mientras del frío, de la lluvia, de las noches de brasero en compañía , e iros preparando para la Navidad, Clarita pronto irá poniendo las luces ...
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