13 de mayo de 2013

Clara y Mara y la emoción de conocer a un famoso

Ayer, en la Feria del Libro, vino a firmar ejemplares Mara Torres. Sábado, buen tiempo, la tarde desocupada y que mi madre estaba de buenas nos hicieron darnos un paseo por la feria para conseguir su autógrafo. Aunque si hubiera tronado y llovido a mares, igualmente me hubiera plantado a verla porque a mi esto de conocer a mis ídolos me emociona mucho. O conocer a los ídolos de otros. Reconozco que ver a cualquiera que sea un poco famoso, aunque sea de esos de medio pelo, me causa mucha impresión. Recuerdo un verano pasar por delante de una terraza en Punta Umbría y ver a un ex-concursante de Gran Hermano, ni siquiera era uno de los más conocidos, pero pasé por delante de la terraza como 4 veces para mirarlo. Otra vez me crucé con un actor que salía en una serie adolescente (y del que nunca más se supo nada, imaginaos lo buen actor que era) y esa noche casi no duermo. Ejemplo como esos, tengo miles, aunque ya me controlo un poco más. En los aeropuertos estoy más pendiente de la gente que pasa por mi lado que de mis propias maletas. Algún día tenemos un disgusto. Pero es que en esos sitios hay famosos a pares. He llegado a ver en el mismo día a Falete y a Alex Ubago. Cómo veis, glamour y fama a borbotones. Yo creo que algún voluntario debería psicoanalizar esa extraña faceta mía  ¿no os parece? porque cuando son así, famosillos-casposillos no importa, porque solo miro y no interactúo, pero la sensación se multiplica cuando admiro mucho al sujeto. Y por eso ayer, pasó lo que pasó. 

Llegamos con tiempo de sobra y nos pusimos de las primeras en la fila. La veía cerca, hablando con cada uno de las personas que se sentaban con ella, muy amable y elocuente. Con una sonrisa enorme y un bronceado envidiable. No sabéis lo guapa qué es. Impresionante. Pero hablaba mucho con cada uno, y yo cada vez me estaba poniendo más nerviosa ... ¿qué le digo? ¿qué le pregunto? ¿de qué vamos a hablar? ¿podré hacerme una foto con ella? ¿y si le digo que quiero ser escritora? Y pasaban los minutos y cada vez me iba alterando más, notaba como el corazón me bombeaba y las sienes me latían. Lo sé. Estoy como una cabra. Mi madre me miraba y se reía. Pobre mujer, yo creo que en esos momentos piensa, dios mío, qué he hecho mal con ella... 

Pues me llegó el turno, me senté y casi se me nubla la vista de la emoción. Y claro, como ni nerviosa puedo callarme, se lo dije. Que estaba emocionada al estar allí, que la admiraba mucho y que a punto se me sale el corazón por la boca. Y le dio la risa. Y así nos relajamos las dos. Menos mal. Le conté que su libro me vino en un momento muy difícil de mi vida y que supuso un respiro de aire fresco. Pero ahí no me expliqué bien, o ella no me entendió,  e interpretó que, como a la protagonista de su libro, a mi me habían dejado... y me  dijo que es algo con lo que todo el mundo se siente muy identificado, que a todos nos han dejado alguna vez y que son sentimientos universales. Ahí me vierais a mi, con sonrisa eterna y cara de póker escuchando atentamente y pensando, a ver como le digo yo a esta, que no se ha enterado, que solo he tenido un novio en toda mi vida, que ahora es mi marido, que no me han dejado nunca (al menos que yo recuerde ya) y que me siento identificada por otros motivos que nada tienen que ver con el amor. A todo esto, mi madre con el móvil no dejaba de sacarnos fotos, parecía una paparazzi, ahora desde este ángulo, ahora desde el otro. La voy a meter a fotógrafa. Al final pude explicarle que mi situación difícil era de otro calibre y le alegró saber que igualmente me había servido de terapia. Tímidamente le dije que también era un poquito escritora, que tenía un blog y que cómo se plantea una, escribir una novela. Me dio algún consejo y una preciosa dedicatoria que voy a atesorar como oro en paño. Nos hicimos una foto juntas y me plantó dos besos como dos soles, que casi hasta hoy no me he lavado la cara, porque la emoción del momento me ha durado todo el fin de semana. 

Con Mara Torres no necesito psicoanálisis para saber qué me pasa. Es que de mayor, quiero ser cómo ella. El jueves viene Lorenzo Silva. Mi madre ya ha sacado el Valium ... ¡Buen comienzo de semana a todos!

4 comentarios:

  1. querida clara como la vida misma: me alegro tanto de que disfrutaras de la presencia de Mara...que pena haberme olvidado el libro para que me lo firmara!!! ya me contarás todo con pelos y señales en uno de estos jueves famosos que tenemos. un besazo y ánimo mi pequeña escritora, que vales mucho!

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    1. ¡¡Gracias amiga!! me puse tan nerviosa que olvidé pedirle una firma portátil para otra de sus admiradoras, pero te dejo mirar la mía. Un besote y gracias por tu energía siempre ;)

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  2. Tenemos algo en común, querida Clara, la pasión por conocer famosos. Por eso te entiendo perfectamente, pero también te digo que con los años esa pasión se atenúa. Tuve la suerte de conocer a algún que otro cantante famoso cuando era joven y era un cosquilleo y un nerviosismo exacerbado cuando llegaba el momento. Ahora ya no es tanto, pero me sigue fascinando conocer a cualquier actor o escritor, y me sigue entrando un cosquilleo enorme cuando me acerco y me lo presentan. ¡A ver si das el salto y te nos haces famosa!. Y cuando me acerque a ti la próxima vez para que me firmes tu libro me entran esas "cosquillinas" por todo el cuerpo.

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    1. Jajajajajaja me consuela saber que no soy la única a la que le pasan estas cosas. Seguro que a mi, como a Mara Torres, me da la risa cuando alguna admiradora esté a punto de desmayarse delante mía (si es que ese momento llega). Y no será porque me haga gracia, si no porque recordaré con cariño estos emocionantes momentos. Un abrazo!

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